Nacido en la era del pixel, yo soy un friki del 15 lo sé, desde el primer contacto en los 90 con la NES, la evolución desde las cintas de cassete a los cartuchos, sopla si no arranca alguno ese es el truco.
Mucho antes de saber lo que era el hip hop, ya tenía entre las manos el mando rectangular, esa cruceta digital pegada a mi pulgar, un botón para el disparo, otro más para saltar.
Ahora pulsa start, explora un mundo nuevo, no había puntos de guardado sólo ludo extremo, como buen hardcore gamer con ampollas en los dedos, por tantas horas tras el "una más y ya lo dejo".
Me adentro en la piel de ese par de fontaneros, o afino mi puntería junto a mi fiel perro, casi tres décadas más tarde sigo en esto y me temo que no podré ponerle freno porque estoy enfermo.

Enfermo.
Enfermo.
Enfermo.
Por tantas horas tras el "una más y ya lo dejo".

Enfermo.
Enfermo.
Enfermo.
Por tantas horas, bwoy.

Mi hermano tuvo que vender los 8 bits para comprar la Super, venía en pack el Street Fighter: Hadoken! Primer juegazo de lucha, llegaron cientos más, entre aventuras gráficas, puzzles y beat'em ups.
Plataformas clásicas en scroll lateral, debías dar el máximo para poder triunfar, memorizar movimientos resultaba esencial, sudando la gota gorda contra el jefe final.
Recorro el reino de Hyrule montado en Epona, historias brutales que en mi mente marcaron época, el Virus T salió de una corporación malévola, gracias a esta generación, mil anécdotas.
Ah, los GTA y su vista cenital, soltando sobre el enemigo todo mi arsenal, casi tres décadas más tarde sigo en esto y me temo que no podré ponerle freno porque estoy enfermo.

Enfermo.
Enfermo.
Enfermo.
Por tantas horas tras el "una más y ya lo dejo".

Enfermo.
Enfermo.
Enfermo.
Por tantas horas, bwoy.

Se extienden las 3D, surgen nuevas IP's, crece el juego en red en consolas igual que en el PC, el hundimiento de Sega sirvió para aprender, cómo convertirse en leyenda a pesar de fallecer.
Entonces varias traían lector de DVD, buena excusa cara a convencer a tus padres, my friend. Años después se repitió con el Blu-Ray, cuando todo el mundo ansiaba tener en casa el Full HD.
Hoy el dilema se centra en la cantidad de frames, en lograr fotorrealismo, entrar al Hall of Fame. Pagar por el online y si te la cuelan también, por esa estafa a la que denominan DLC.
Menos mal que el sector indie repara la poca originalidad y no programa remakes de una saga, casi tres décadas más tarde sigo en esto y me temo que no podré ponerle freno porque estoy enfermo.

Enfermo.
Enfermo.
Enfermo.
Por tantas horas tras el "una más y ya lo dejo".

Enfermo.
Enfermo.
Enfermo.
Por tantas horas, bwoy.